Foto: Carlos Ramos Mamahua
Ángeles Cruz Martínez
La Jornada
Al unísono, y con el puño en alto, el pueblo declaró culpables al gobernador Bachoco, Eduardo Bours; al director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Daniel Deskaram, y a la ex coordinadora de guarderías, Karla Rochín, por la muerte de 49 niños en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora. Así revivió la justicia que esos funcionarios habían matado y pretendían enterrar.
La víspera de la sesión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la que los ministros resolverán si investigan el incendio en la estancia infantil ocurrido el 5 de junio pasado, cientos de personas, integrantes de las organizaciones Fuerza y Conciencia Ciudadanas y Mujeres sin Miedo, realizaron una protesta frente a las oficinas centrales del IMSS, que fue más concurrida que las realizadas antes por el mismo motivo.
Poco a poco, y a pesar de la lluvia, los manifestantes llegaban a Paseo de la Reforma y colocaban veladoras en el piso, que se fueron acumulando hasta totalizar 49 luces, en memoria de los pequeños fallecidos.
Ahí estaba la impunidad, un cuervo negro representado por Jesusa Rodríguez, que durante más de una hora resguardó la entrada del edificio hasta que llegó el ataúd en que sería sepultada la justicia.
Con un performance en el que estuvo acompañada por Ofelia Medina, quien hizo el papel de la justicia, las actrices denunciaron la corrupción y negligencia de las autoridades en la investigación y la aplicación de sanciones a los responsables de la tragedia.
Lo que se planteó como protesta silenciosa, se convirtió en un coro que exigió: ¡Justicia, justicia. Nos tienen que oír. Es por los niños que estamos aquí!, ¡Juicio político para Calderón! y ¡Los asesinos están en Los Pinos!
Después de que se guardó un minuto de silencio por las víctimas, se exigió que se castigue a los responsables del incendio. Estamos lejos de Hermosillo, pero tenemos el mismo coraje que ellos con tanta impunidad, señaló una mujer, quien igual que todos los participantes, ante la mención de los dueños de la guardería y en particular de los parientes de Margarita Zavala, soltaban chiflidos.
Antes, integrantes de Fuerza y Conciencia Ciudadanas se manifestaron frente a la Procuraduría General de la República y entregaron una carta dirigida al titular de la dependencia, Eduardo Medina Mora, en la que exigen un informe detallado de las investigaciones y preguntan si ha incluido la situación de la bodega del gobierno de Sonora, aledaña a la guardería.
Después marcharon sobre Reforma hasta las oficinas del IMSS, donde se reunieron con Mujeres sin Miedo y ciudadanos independientes. Cientos de personas presenciaron el entierro de la justicia en el templo de la impunidad, como definió Jesusa Rodríguez.
La justicia, postrada sobre el ataúd, no se dejó vencer y solicitó a los presentes que alzaran el puño izquierdo, con lo que le darían fuerza para revivir. De inmediato se levantó y convocó al juicio popular. Nombró a los funcionarios y a los dueños de la guardería ABC y preguntó: ¿son culpables o inocentes?. Todos fueron declarados culpables y sentenciados a cadena perpetua, la cual inició ahí mismo.
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