domingo, 9 de agosto de 2009

La Suprema Corte, ABC y Facebook

El Siglo de Durango

Un escándalo en Facebook. Uno de los temas de la semana que causó mayor revuelo en la opinión pública, fue sin duda el referente a los comentarios emitidos por el Ministro Genaro David Góngora Pimentel en su página personal de Facebook, la red social que ha contribuido a revolucionar la manera de entablar comunicaciones a través de internet. Tales comentarios tuvieron como entorno el tiempo previo a saber si la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en ejercicio de la facultad investigadora que le confiere el artículo 97 constitucional, indagaría los abominables hechos ocurridos en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, en donde perdieron la vida 49 niños inocentes, víctimas todos ellos de la negligencia de autoridades ineptas que sólo se ocultan y acusan unos a otros.

Los matices. Pues bien, en su espacio en Facebook, Góngora adelantó que el proyecto de Aguirre Anguiano, ministro a quien se le encargó esa encomienda, propondría no ejercer la facultad de investigación. Una ola de comentarios en contra de don David se desató en la red, cuando es bien sabido que se trata de uno de los mayores garantes de los derechos fundamentales con los que cuenta el Alto Tribunal. Pronto todo quedó entendido así.

El "Ministro" Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Pocos jueces constitucionales tan radicales, derechistas y conservadores (al grado del fascismo) han existido en la historia de la Suprema Corte como Aguirre Anguiano, que entre otras cosas planteó la inconstitucionalidad del aborto en el D.F. y afirmó que a Lydia Cacho no se le conculcaron sus derechos. Del anti-pluralismo que ello representa, hablaremos en una futura ocasión.

El ala ultraconservadora de la SCJN. Junto a Aguirre, en la Corte existe un par de buenos juristas, pero anacrónicos defensores de la Constitución, como lo son los ministros Mariano Azuela y Guillermo Ortiz (presidente de la propia Corte), que también votaron en contra de la creación de una comisión investigadora de los sucesos de la estancia infantil. Con una sociedad civil indignada y consternada, con unos padres de familia frustrados, es ajeno a la razón pensar en no intervenir desde el escaparate (reducido, pero escaparate al fin) que le ofrece el artículo 97 de la Carta Magna a la SCJN. Veamos por qué.

El caso ABC y la facultad de investigación de la Suprema Corte. En las ediciones del 6 y 13 de abril de 2008 de El Siglo de Durango, el amable lector podrá encontrar un par de colaboraciones de este servidor acerca de la facultad investigadora. Entre otras cosas, se decía que "los casos de violaciones graves a una garantía individual, encomendados a la facultad de investigación según el contenido del artículo 97, suponen los agravios más fuertes que la sociedad en su conjunto recibe de muchas autoridades en este país, que reflejan corrupción, despotismo y asco". Corrupción, despotismo y asco han sido tres denominadores comunes después del incendio que causó la muerte de casi medio centenar de niños, casi bebés. El caso ABC viene a refrendar la necesidad de darle vigor a la multirreferida facultad investigadora del más importante órgano jurisdiccional en México.

Ser y parecer un tribunal constitucional. Sin afán de ser reiterativos en demasía, ya hemos dicho en otras oportunidades que existe la necesidad de crear un Tribunal Constitucional genuino, diferente de la SCJN, pero que mientras llega (si es que llega) ese ajuste de diseño institucional al Estado mexicano, la Suprema Corte no sólo debe cumplir con esa función, sino también parecer que la cumple. Los tribunales constitucionales más progresistas del mundo actual, se ocupan de casos relevantes de derechos fundamentales; no se dedican, en efecto, a resolver amparos fiscales y asuntos de legalidad en su gran grueso de asuntos, como lo hace la Corte de nuestro país. La facultad de investigación le brinda una oportunidad a la SCJN de acercarse a la sociedad y proteger los bienes más preciados de esa sociedad: sus derechos.

La cuenta en Facebook del Ministro. En el mismo tenor de las líneas anteriores, es lamentable que el Ministro Góngora haya decidido suspender su cuenta en Facebook, pues se trataba de un medio de comunicación para acercarse a la labor garantista de don David, más cuando está por dejar su sitial en la SCJN. Sin embargo, y como también ya se había dicho desde este mismo lugar, hay que tener esperanzas en que Góngora contribuirá a la nación desde la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Héroes y villanos. A final de cuentas, el embrollo que comenzó cuando el Ministro Sergio Valls hizo suya la petición de crear la comisión, continuó con el episodio de Facebook y terminará con los resultados que arroje la investigación, hará nuevamente de los señores ministros héroes y villanos. Por la memoria de los niños fallecidos, la resignación de sus padres y el bien de México, ojalá que haya más Batmans que Guasones.

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